Hasta el tendal de los monjes
Cuando yo visité el Wat Phra Chao Lan Thong me lo encontré manga por hombro. Como el edificio principal estaba en obras los andamios lo custodiaban en fachada principal y laterales. Era imposible entrar. Por no hablar de las herramientas que estaban desperdigadas por todos sitios, aquí y allá.
El resto eran templitos pequeños, más bien altares. Algún pilar culminado con un ejército de elefantes trompa arriba. Algunos monjes esculpidos en dorado empujando una rueda, la rueda esquemática de la vida y los reinos del samsara.
Si algo me gustó del Wat Phra Chao Lan Thong que encontrarás casi en la arteria principal de la ciudad, a unos 500 – 700 metros del mercado de Chiang Saen, fue su cotidianeidad. El ser ‘un templo normal’ sin ningún visitante. Poder pasar solo, curiosear, colarte hasta el tendal de los monjes que cuelgan sus hábitos para que sequen al sol.