alojamiento ecológico en Etiopía
Durante nuestra estancia en el Lago Langano, nos alojamos en el Wenney Eco-Lodge... sí, un alojamiento ecológico y al más puro estilo africano... cabañas mimetizadas con los árboles y vegetación, hasta el punto de que por la noche te tenías que mover por senderillos apenas visibles para ir de una a otra, o al bar-restaurant. Por cierto, que de repente te encontrabas con un "vigilante" del sitio, encargado de velar por la seguridad de los residentes (por allí hay bichos, sí, de diversos tamaños y pelajes... los monos, cómo no, y quién sabe qué más) y encargado de que no te pierdas en el bosque si te desorientas... y te asustaba un poco, porque sin luz, y siendo ellos negros, y vistiendo de color verde oscuro, pues... :D
Todas las construcciones son de madera y paja, y la luz eléctrica va y viene, aunque eso también pasa en los hoteles no ecológicos :P.
Justo me pilló que tenía que lavar casi toda la ropa que llevaba para el viaje (dos pantalones, 3 camisetas, ropa interior...), por culpa de mi vaguería-cansancio en los días anteriores, básicamente. Aquí te ofrecen un servicio de "lavandería" (o sea, las féminas del lugar te lavan la ropa en el lago), a un módico precio. Alguno que otro decidimos contribuir a su economía.... y sí, lavaron y tendieron (con ese agua, aunque no tiñó la ropa!), y justo entonces empezó a llover muchísimo, pero consideraron que mejor no ponerla a resguardo, porque no tardaría mucho en dejar de llover y pronto saldría el sol.
Solo que no salió el sol, llovió durante horas. Al final, decidimos trasladar la ropa a los porches de nuestras cabañas, pero ni por esas (y al día siguiente nos íbamos, ag).
La noche anterior los "vigilantes" de los caminos entre cabañas habían encendido una gran fogata al lado del bar (un sitio bien chulo, con una tejado de paja, abierto por todos lados excepto la barra y la cocina, con decoración en plan "memorias de Africa", y St George (cerveza etíope) fría ;-)... y habíamos prolongado nuestra sobremesa mirando las llamas, hipnotizantes, como siempre.
Pues bien, con el suceso de la ropa, les preguntamos si esa noche pensaban encender fuego, y resulta que no porque había llovido y la madera estaría mojada (la buscaban en el bosque, por allí alrededor). El caso es que al rato se empezaron a mover, trajeron unos troncos enormes, y encendieron otra fogata, esta vez para nosotros. Qué majos!. Nos fuimos a por la ropa, y ahí nos pusimos a secarla al amor de la lumbre, y del humazo... bueno, no se secó del todo, pero mejor eso que meterla empapadísima en la mochila, y con nuevo olorcillo! ;-D.
ah! también tienen un pequeño campo-barrizal de fútbol... de hecho, los chicos organizaron un partidillo con los locales que se quisieron apuntar, cuando dejó de llover. Estuvo gracioso, y eso que a mi el fútbol... :-)
Por último, comentar que aquí mismo podéis contratar desde un paseo con un especialista en pájaros, ya que hay muchos y diversos en los bosques de alrededor, o un paseo a caballo para sumergiros aun más en la naturaleza de este lugar.


