La ciudad portuguesa de Lisboa, situada en la desembocadura del río Tajo, es una ciudad tradicional que reúne un riquísimo patrimonio histórico. Lisboa, repleta de cuestas y bajadas, se divide en el Barrio Alto y el Barrio Bajo. Proporciona, por tanto, unas vistas panorámicas increíbles, salpicadas aquí y allá de monumentos que marcaron y aún retratan la importancia de la época de las cortes portuguesas. Es famosa por su arquitectura de azulejos pintados, sus tradiciones tranvías, vino y bacalao; y por su plaza del Comercio, punto de partida de las grandes navegaciones en la época del descubrimiento.
Plantearse viajar a Lisboa puede ser una oportunidad mágica para disfrutar de una ciudad repleta de rincones históricos y monumentos emblemáticos que marcan la historia de la grandes conquistas territoriales lideradas por Portugal. Al visitar Lisboa podrás disfrutar de las maravillosas vistas que proporciona el Castillo de San Jorge, o Castelo dos Mouros, situado en la colina más alta de Lisboa.
Atravesarás también la Plaza del Comercio, que reúne un conjunto de edificios porticados imponentes donde históricamente se recibían las embarcaciones que transitaban en la época de las Grandes Navegaciones. Es por ello que se la conoce como La Puerta de Lisboa. Especial mención merece la Torre de Belén, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad junto con el Monasterio de los Jerónimos, situado en las aguas del río Tajo.
Al conocer Lisboa podrás disfrutar del Monumento al Descubrimiento, una imponente construcción al margen del río Tajo que condecora a los marineros, patrones reales y todos los que participaron en el desarrollo de la Era de los Descubrimientos. Hacer turismo en Lisboa significa disfrutar de su historia y de su arte, plasmado en cada azulejo tintado de azul y blanco. En tus viajes a Lisboa la mejor opción para conocerla es caminando por sus famosas aceras de mosaico blanco y negro, entre casas señoriales, y utilizar el famoso Ascensor de Santa Justa, instalado en el centro de la ciudad, que ayuda a visitantes y locales a hacer el camino más cómodo entre los desnivelados barrios Alto y Bajo.