La ciudad de Praga, capital de la República Checa, fue antiguamente la urbe medieval más importante del Reino de Bohemia y de Checoslovaquia. Situada a orillas del río Moldava, es considerada una de las ciudades más bonitas de Europa y conocida con el sobrenombre de Ciudad de las Cien Torres o Ciudad Dorada. Para conocer Praga, lo mejor es dar un paseo entre las fortificaciones, iglesias, puentes y castillos históricos. Vas a estar en uno de los lugares más mágicos de Europa, ya que la ciudad posee varias reliquias haciendo que los viajes a Praga sean a una ciudad reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Si decides visitar Praga podrás disfrutar de uno de los centros históricos mejor conservados y recomendados de toda Europa. En la Plaza de la Ciudad Vieja, el ápice de la antigua ciudad medieval de Praga, se concentran algunos de los principales monumentos. El más emblemático es el reloj astronómico, fijado en la famosa torre del antiguo Ayuntamiento que data del año 1410. Pero también está el Castillo de Praga, el más grande del mundo, erguido en el siglo IX en la parte alta de la ciudad para servir de residencia de los reyes de Bohemia.
Al viajar a Praga podrás disfrutar también de las vistas desde lo alto de las torres de Tyn, una de las edificaciones más imponentes de Praga. Además de sus reliquias medievales, Praga mantiene la memoria judía a través del cementerio Judío más famoso y sobrecogedor del mundo.
Sentirás cómo retrocedes a la época medieval al cruzar sus puentes y pasear por sus calles, donde de repente te sorprenden pequeños mercadillos medievales que te invitan a disfrutar de la mejor de sus cervezas. El turismo en Praga ofrece también la posibilidad de navegar por el río Moldava en uno de los barcos turísticos que hacen la ruta de los puentes, los cuales se han convertido en una insignia de la ciudad, especialmente el fascinante Puente Carlos, el más antiguo de Praga.