Conocida como la capital cultural y económica de Suiza, viajar a Zúrich es hacerlo a una de las ciudades con mejor calidad de vida del mundo. Situada en un entorno único, a los pies de la montaña Uetliberg de los Alpes Suizos, es un destino conocido por su centro histórico de calles estrechas, edificios del renacimiento e iglesias históricas, pero también por ser un lugar moderno y de moda con una gran cantidad de boutiques, bares y discotecas. Los amantes del arte decidirán conocer Zúrich por ser la cuna del Dadaísmo y por ser un foco de arte moderno y contemporáneo, con una gran cantidad de museos y galerías vanguardistas.
El turismo en Zúrich pasa por la zona con más encanto de la ciudad, el Altstadt (casco histórico) a orillas del río Limago y con calles empedradas que albergan pintorescos edificios de la época medieval. El barrio se extiende alrededor del Lindenhof, una bonita plaza arbolada y emplazamiento original del antiguo asentamiento romano. Seguidamente veremos la catedral románica Grossmünster que fue construida por Carlomagno y es un símbolo de la ciudad, con unas torres emblemáticas. Los compradores pueden acceder al Bahnhofstrasse, la zona cero de compras de la ciudad con marcas exclusivas de todo el mundo.
Visitar Zúrich es hacerlo a la cuna cultural de Suiza, con un estilo artístico de gran calidad y de lo más variado. El Kunsthaus es su museo de bellas artes con obras de Munch, Monet, Chagall y otros tantos artistas de talla mundial. Otros curiosos museos son el Kunsthalle, que era una antigua cervecería y ahora es un centro de arte contemporáneo; o el Cabaret Voltaire, cuna del movimiento dada y que actualmente es un museo-café.
Los viajes a Zúrich implican pasear por las orillas del lago con mismo nombre de la ciudad. La zona de Mythenquai rodeada de jardines y terrazas ofrece unas espectaculares vistas del lago y las montañas. Pero sin duda un crucero por el lago es una de las experiencias que un buen viajero no debe dejar de hacer si visita la ciudad.