Rodeada de magníficos bosques y montañas nevadas encontramos Vancouver, una ciudad que se visita tanto por las actividades al aire libre como por su centro bohemio, lleno de matices artísticos y multiculturales. Siguiendo la línea de otras ciudades de la costa oeste de América del Norte, al conocer Vancouver apreciaremos su ambiente casual a la vez que moderno y estiloso con su variada oferta de galerías, conciertos, fábricas de cerveza y muestras de la mejor gastronomía canadiense. Al visitar Vancouver veremos el estrecho de Georgia que separa a la ciudad de la isla homónima, famosa por sus parques nacionales e impactantes árboles de su selva del Pacífico.
Al viajar a Vancouver nos daremos cuenta de que es una ciudad con una vida natural muy integrada en su interior. Se podrá pasear por los bosques junto al mar del Parque Stanley y si vamos a la costa de la ciudad podremos darnos un baño en alguna de sus playas, como la de Kitsilano, en la que te sentirás como si no estuvieras en una gran ciudad. También en la Isla de Granville parecerá que estamos en las zonas rurales de Canadá.
Los amantes del aire libre podrán hacer turismo en Vancouver aprovechando zonas como la Montaña Grouse o el Parque del Puente Colgante de Capilano, con lugares ideales para practicar senderismo y esquí.
Los viajes a Vancouver tendrán un toque cosmopolita y alternativo con zonas como Gastown, con restaurantes, bares y clubes de música de moda. Podremos disfrutar de una agradable comida en el llamativo Chinatown, uno de los barrios chinos más grandes de Norteamérica.
Conocer Vancouver y su cultura puede ser un divertido pasatiempo si recorremos sus museos únicos, como la Galería de Arte de Vancouver o el Museo de Antropología, que ofrecen una perspectiva única de los pueblos indígenas de Canadá. Los festivales de teatro y las rutas por galerías emergentes de la ciudad pueden ser otras maneras peculiares de descubrir Vancouver.