Viajar a Añana es viajar a uno de los rincones más antiguos de la provincia de Álava. Este pequeño municipio, formado por los pueblos de Atiega y Salinas de Añana, es un lugar lleno de encanto, casi mágico. Rodeado de valles y montañas, es perfecto para perderse unos días y escapar del ajetreo de la vida diaria.
La historia del municipio está ligada a la de las Salinas, el más imprescindible de todos los rincones que visitar en una jornada de turismo en Añana. Aunque a día de hoy ya no están en funcionamiento, las Salinas de Añana tienen una larga historia, pues desde el principio de los tiempos han sido fundamentales para la ciudad y fueron también la causa de su auge durante la Edad Media. Sus paisajes blancos y áridos no dejan indiferentes a quienes las visitan.
Al hacer turismo en Añana en el casco histórico de su capital se puede sentir esta antigüedad que caracteriza al municipio, el peso de los siglos que hace que el tiempo pase más lentamente en esta pequeña ciudad de menos de doscientos habitantes.
Lugares como el Convento de San Juan de Acre, el Palacio de los Ozpinas, la Iglesia de Santa María de Villacones y el Palacio de los Herrán, son algunos de los edificios que visitar en Añana que nos hablan de su pasado, de las raíces medievales del municipio.
Si vas a viajar a Añana, debes saber que la única manera de llegar hasta la localidad es por carretera. Pero al estar a sólo a unos 30 kilómetros de Vitoria, lo más recomendable puede ser volar hasta la capital alavesa y desde allí desplazarse. Antes de reservar tus billetes, no dudes en consultar las ofertas para viajar a Añana en minube, donde gracias a los comparadores de vuelos, podrás escoger entre las más económicas.