Si estás planeando uno de tus viajes a Santa Pola estás eligiendo la mejor opción para disfrutar del turismo costero y de interior. El municipio valenciano es principalmente famoso por sus restos históricos y su espectacular puerto, sus salinas y las cuidadas playas galardonadas con Bandera Azul por su sostenibilidad, reconocidas por la Fundación Europea de Educación Ambiental. Su gastronomía mediterránea te convencerá para que vuelvas a visitar Santa Pola. La gran variedad de arroces típicos valencianos, cocinados con los mejores productos del mar, hacen que este destino te enamore por el estómago. En cualquiera de sus bares de su extenso paseo marítimo podrás disfrutar de los deliciosos platos típicos tradicionales elaborado a base de mariscos y pescados del mediterráneo.La Isla de Tabarca es una visita que debes hacer al viajar a Santa Pola. El recorrido en barco resulta divertido para niños y mayores y pasar un día en la acogedora isla es un plan perfecto para toda la familia. Este rincón te permitirá conocer Santa Pola desde un interesante punto de vista alternativo, ya que es un valor añadido que puedes disfrutar a las afueras. Los amantes del buceo eligen este lugar para sumergirse entre el agua mediterránea turquesa, uno de los tesoros de su reserva marina.Si nos vamos al casco histórico, veremos parte de su patrimonio arquitectónico entre el que destaca la Villa Romana del Palmeral, cuyo origen data del siglo IV siendo una casa romana de una familia adinerada. Una muestra renacentista es el Castillo-Fortaleza de Santa Pola construido en 1557, con su patio de armas y el aljibe.No solo reparando en su patrimonio, sino pensando en el buen comer, puedes hacer turismo en Santa Pola desde su lado más gastronómico y delicioso. La paella, el caldero de gallina, la caldereta de bogavante, sus otras o el típico arrós i gatet son platos tradicionales que harán que te chupes los dedos.