Viajar a Grado es un hecho tradicional desde hace ya muchos siglos. Este concejo y villa se encuentra en mitad del Camino de Santiago primitivo que unía Oviedo con Santiago de Compostela, por lo que ha sido un lugar de descanso habitual para viajeros y peregrinos.
Al hacer un poco de turismo en Grado se siente como la historia de la localidad está especialmente ligada a la del Camino. Son muchas las iglesias y edificios de carácter religioso que pueblan la villa y sus alrededores, como puede ser la Capilla de los Dolores y la Iglesia de San Pedro dentro de los límites de la capital o los pequeños templos románicos situados en el resto de parroquias, como la Iglesia de San Martín en Gurullés o la Iglesia de Santa María en Restiello.
Para visitar todos los rincones que guarda el concejo lo ideal es hacerse con un mapa y algo de información turística de Grado, así no se te escapará ninguno. Apunta entre los imprescindibles el Parque de San Antonio, en el que se encuentra el Palacio de Miranda-Valdecarzana, la Capilla de los Dolores y la muralla medieval, que fueron declarados Conjunto Histórico-Artístico.
Pero son sus espacios naturales y la riqueza de sus alrededores los que han convertido el turismo en Grado en especialmente rural. Hay muchos caminos y senderos en los que los viajeros pueden sentir la paz y la tranquilidad que sólo existe en lugares como este, alejados de las grandes ciudades. Puedes recorrer el tramo del Camino de Santiago que cruza la ciudad, pero otras opciones son el Camín Real de la Mesa, la Ruta del Río Cubia, bastante más larga, o la curiosa Ruta de los Pueblos deshabitados.
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