Entre el interior y la costa se encuentra este municipio de la isla de Lanzarote, que se caracteriza por vivir a caballo entre sus dos pasiones, el mar y la tierra. Viajar a San Bartolomé es una ocasión de conocer un lugar de contrastes, en el que también convive lo antiguo y lo moderno en una fusión, en la que este ha sabido conservar su auténtica personalidad.
Su costa no es demasiado extensa, pero a pesar de ello el turismo en San Bartolomé tiene un importante bastión en su litoral. La Playa Honda es uno de los lugares que concentra mayor número de viajeros, especialmente durante los meses de verano, al igual que la Playa de Guacimeta.
Si eres de los que prefieren las playas más tranquilas, una buena alternativa es visitar San Bartolomé en otra época del año, como primavera. Por su localización las temperaturas son agradables durante los doce meses y es posible disfrutar de todo lo que ofrece la playa y el mar en cualquier momento, sin sufrir las masificaciones veraniegas.
La Cultura también tiene un hueco en el turismo en San Bartolomé. Después de pasar una mañana en la playa, visitar la Casa Ajei o la Iglesia de San Bartolomé, pueden ser un buen plan para conocer un poco más su carácter.
A la hora de viajar a San Bartolomé, el viajero tiene la ventaja de que el aeropuerto de Lanzarote se encuentra dentro de su término municipal, por lo que está muy bien comunicado, tanto con el exterior como el interior de la isla.
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