Pedrafita do Cebreiro

En la Sierra de Curel, a más de mil metros de altitud, se esconde el pintoresco pueblo lucense Pedrafita do Cebreiro. Las insólitas “pallozas”, viviendas tradicionales de piedra con techos de paja que ofrecen una visión del tradicional estilo de vida de los lugareños, su rico patrimonio religioso y el estrecho ligazón con el Camino de Santiago, han sumado motivos más que suficientes para visitar Pedrafita do Cebreiro.

Viajar a Pedrafita do Cebreiro significa disfrutar de la naturaleza, conocer la belleza y tranquilidad que transmite esta pequeña aldea rodeada de bosque y montañas. Un pequeño pueblo tradicional que se incluye en la ruta de los pueblos de la Sierra de Courel, perfecto para ser explorado en apenas un día.

Sin duda alguna, el turismo en Pedrafita do Cebreiro se sucede por sus conocidas y rústicas “pallozas”, que forman parte del Parque Etnográfico de Cebreiro y ofrecen una visión de la arquitectura y costumbres de los pueblos lucenses de alta montaña. No tiene sentido conocer Pedrafita do Cebreiro sin detenerse en uno de los pocos monumentos que se pueden encontrar en el poblado. Entre muros rasgados y techos de barro, el Santuario de Santa María la Real, una iglesia prerrománica fundada en el siglo IX, famosa por su milagroso Santo Grial, es el monumento estrella de la Ruta Jacobeo por ser la más antigua.

Es también un destino popular entre los amantes del turismo activo. Los viajes a Pedrafita do Cebreiro ofrecen la posibilidad de acudir al Alto de Poio, un paso de montaña que marca el punto más alto del Camino francés y que ofrece inmejorables vistas de la Sierra de Rañadoiro.