Reims

Ciudad medieval donde las haya, viajar a Reims es sumergirse en un mar de historia. La ciudad con sus más de dos mil años de antigüedad guarda un sinfín de lugares y rincones en los que descubrir mil y un detalles del devenir de la ciudad.

Ligada desde muy pronto a la monarquía francesa, que la eligió como lugar de celebración de las coronaciones de los monarcas, destaca entre todo los lugares que visitar en Reims su Catedral. Esta fue el escenario de los acontecimientos más relevantes que tuvieron lugar en la ciudad y es hoy por hoy un símbolo de la ciudad.

La Catedral de Reims es uno de los mejores ejemplos del gótico francés y la primera parada en una jornada de turismo en Reims. El pórtico, los rosetones, los arcos y bóvedas… cada uno de sus detalles la han convertido un valiosísimo tesoro de la arquitectura local, que se conserva intacta a pesar del paso de los siglos.

El Palacio de Tau, que se encuentra a escasos metros de la catedral, puede ser la siguiente parada para seguir haciendo turismo en Reims. En él se encuentra la un museo sobre la construcción de la Catedral. Tampoco puede faltar una visita a la Basílica de Saint-Remin, contrasta por ser de estilo románico tardío.

Por la noche la Plaza Drouet d'Erlon es una de las más animadas en la que sentarse a cenar o tomar una copa. Si tienes la oportunidad, cuando viajes a Reims, no te vayas sin probar el Champagne de la región. En los alrededores de la ciudad hay viñedos y bodegas, una vista muy recomendable, si tienes tiempo.

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