En la frontera con Francia, entre los picos de los Alpes y en la desembocadura del Ródano, se encuentra la ciudad de Ginebra, la segunda ciudad más importante de Suiza. Esta ciudad global se ha convertido en centro financiero y mundial de la diplomacia, donde se encuentra la sede de las Naciones Unidas y de la Cruz Roja. La célebre ciudad de los relojes, a los pies del gigantesco Lago Lemán, tiene mucho que ofrecer a nivel cultural, pues cuenta con un patrimonio religioso y monumental extraordinario, marcado por la Reforma Protestante de Juan Calvo y Lutero. Además, su oferta gastronómica, enmarcada por los célebres chocolates suizos, es desde luego un lujo para el paladar.
Si quieres conocer Ginebra deberás desplazarte al interior de los Alpes suizos. Esta ciudad de calles empedradas y arquitectura histórica está en contraste con los monumentos más modernos. En el casco histórico encontramos numerosas iglesias del siglo XII, de las que destaca la Catedral de Saint-Pierre, de estilos románico, gótico y neoclásico. Además podrás disfrutar del Museo de Arte e Historia y el MAMCO, que albergan grandes exposiciones de arte.
Los viajes a Ginebra te permitirán descubrir como, históricamente, la industria y el comercio se ha centrado especialmente en la producción relojera y de navajas. Además, repleta de exclusivos centros comerciales que se encuentran en las calles más famosas y céntricas de la ciudad, el turismo en Ginebra se ha multiplicado por ser un destino de lujo y compras. Aunque también es habitual ver muchos mercados al aire libre, algunos de ellos en la Place du Molard y la de la Madeleine. Viajar a Ginebra es una oportunidad para degustar la gran oferta gastronómica.
Al visitar Ginebra también podrás disfrutar de sus espectaculares y románticos jardines. Esta “Ciudad de los Parques” situada entre montañas ofrece la posibilidad de disfrutar del verde con su Jardín Inglés, donde se encuentra el famoso Reloj de Flores, y el Promenade des Bastions, donde se encuentra el famoso Muro de los Reformadores religiosos.
El Lago Lemán, símbolo de la ciudad, es perfecto para dar una vuelta en lancha motora, pues cruzan el lago continuamente. Así podrás disfrutar del Jet d’Eau, una fuente que hace ascender el agua hasta los 140 metros.